ostirala

DISIPANDO LA NIEBLA (Esteban Bilbao)


Donostia, Gipuzkoa
Parte de un artículo de la OCE (Oposición Comunista Española) aparecido en Comunismo

EN LA RUTA DE LA REVOLUCÓN PROLETARIA:
DISIPANDO LA NIEBLA

(Esteban Bilbaok* idatzia Comunismo aldizkarian)
 
[...]

E
s España una de las naciones que, al igual que la Rusia de los zares, ha venido conservando la envoltura monárquica del estado hasta la época de la crisis definitiva del sistema burgués de la propiedad. Traspuesto el período histórico de las revoluciones burguesas, el capitalismo, indiferente a la forma de gobierno, se introdujo y desarrolló en España de una manera parasitaria, viviendo al amparo del despotismo de una burocracia gobernante que la autocracia monárquica había venido hasta entonces manteniendo con los últimos despojos del imperio colonial y con la sangre empobrecida de una masa campesina embrutecida y hambrienta. Nunca fue el capitalismo español el producto natural del desarrollo de la pequeña burguesía indígena. De aquí la posibilidad para la Monarquía de haber podido prolongar su vida hasta la fecha, y ello debido a que el capitalismo, desde sus primeros pasos, hizo suyo el estado monárquico.

[...]
      Contrariamente a la creencia y a la «teoría» de la pequeña burguesía que hoy «gobierna», en España el duelo revolucionario está entablado, no entre el estado feudal y la democracia, sino entre el estado capitalista y el proletariado industrial junto con las masas campesinas explotadas. La pequeña burguesía, fundamento social de la ideología del gobierno, aunque numéricamente bastante considerable, carece por completo de independencia política y económica y su porvenir histórico es enteramente nulo. Su eficacia como fuerza directora de los destinos sociales, pertenece al pasado, cuando todavía no había hecho su aparición en el mundo ni el capitalismo ni su consecuencia natural: el proletariado. El destino fatal de la pequeña burguesía, en este período crítico de derrumbamiento de la civilización capitalista, es servir de escudero a una de las dos grandes fuerzas que llenan por completo el palenque de la historia, al proletariado o a la gran burguesía. Con el primero se va a la revolución proletaria (Rusia), con el segundo a la contrarrevolución fascista (Italia). Tal es el dilema, sin término medio posible, para la pequeña burguesía. La dictadura del proletariado es la única solución de que la historia dispone para hacer viable a la humanidad hacia un tipo de civilización superior, el socialismo. El fascismo es todo lo contrario de una solución histórica; no hace otra que retrasar el eficaz desenlace del mismo problema, pues el fascismo no es a la postre más que la dictadura feroz de un capitalismo degenerado y sin porvenir.  [...]

—ESTEBAN BILBAO. Bilbo, abril de 1931

(Comunismo, nº1, mayo de 1931, vía Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia teórica del marxismo español; Ed. Fontamara, 1978)

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*ESTEBAN BILBAO (m. 1954). — Contable. Procedente de las Juventudes Socialistas, está entre los fundadores del Partido Comunista en el País Vasco. Fue uno de los fundadores de la Oposición Comunista de Izquierda, y uno de los dirigentes de la Izquierda Comunista desde su fundación. Partidario de las posiciones de Trotsky, en 1935 se niega a unirse al POUM e ingresa en el PS. Desde 1936 milita en la sección bolchevique-leninista española. Milita en el trotskismo hasta 1947. Muere en Biarritz en 1954. [Ed. Fontamara, 1978]
Bilbo, Bizkaia

trotskistak.blogspot

igandea

Korear iraultza: irudi sorta

http://www.icl-fi.org/english/wv/1038/letter-korea.html   (informazio gehiago)
Tropa iraultzaileak
Tropa iraultzaileak
Amerikako Estatu Batuetako presoak Korean: "Hands off Korea | Withdraw agressive troops from Taiwan"; "Taiwan for New China"; "Peace".
Soldadu iraultzaileak
Nazio Batuen / Amerikako Estatu Batuen kontzentrazio esparrua
"Down with McCarthyism" (Behera McCarthismoa)
Burial of U.S. racist-imperialist troops in Korea, 1950. (L'Unità)
Korea 1950-1953
Gerra-preso inperialistak
Iraultzaileak
Askatasuna lortu zuten iraultzaileak estatubatuarren kamioi batean
Ospakizuna. Txinako Herri Errepublikako eta Koreako H.E.D.ko banderak.

조선인민군

NUESTRA REVOLUCIÓN Y EL PELIGRO ANARCOSINDICALISTA (completo)


El artículo teórico marxista Nuestra revolución y el peligro anarcosindicalista se puede leer completo aquí:


         «La existencia del estado es la prueba, la demostración del antagonismo entre las clases sociales, ya que el estado no es un instrumento de “armonía”, sino de guerra. La clase dominante se organiza en estado para la defensa e imposición de sus intereses contra la clase o clases dominadas. El estado garantiza con su fuerza el derecho de la sociedad, pero solo en la medida en que ese derecho es la idealización de la propiedad de la clase dominante.
          Ante estas consideraciones, profundamente realistas, se ve que el estado no es, como opinan los anarquistas, un armatoste superfluo colocado por encima de la sociedad, exterior a ella, sino un producto “natural” de la lucha de clases. El estado es una clase social que en nombre de su interés se abroga la tutela y el dominio de todas las clases sociales. El estado actual es la burguesía. La misión histórica del proletariado consiste en la destrucción de las clases por medio de la abolición de la propiedad. Para esta tarea, que abarcará un extenso período de la historia, el proletariado tiene que derribar a su enemigo y erigirse a su vez en clase dominante y, por tanto, en estado. La conquista del poder es la condición indispensable para la obra de transformación, no por capricho o como resultado de un acto de “libre elección”, sino por imperiosa necesidad del curso dialéctico de la lucha.»
—Esteban Bilbao, Comunismo nº9

P. Miliukov (liberal) y P. Kropotkin (anarquista) en Moscú intentan detener la revolución obrera
 

larunbata

SL

"SAVE DODGE MAIN..." (Detroit, 1979)

Esteban Bilbao sobre el anarcosindicalismo y la revolución burguesa


“la vida, en su complejidad, se inspira no en palabras de supuesto valor superhumano, sino en las relaciones materiales del sistema social en que se vive”

Espainiar gerra zibileko irudi bat (1936-1939)
NUESTRA REVOLUCIÓN Y
EL PELIGRO ANARCOSINDICALISTA
(por Esteban Bilbao*)

 [...]

A

l hablar del anarcosindicalismo quiero hacerle el favor singular de suponerle con un fondo tal de rebeldía que no claudique ante los poderes que representa la actual organización social. No voy a partir de la creencia en una posible traición deliberada a los intereses revolucionarios de la clase obrera. Por mi mente no ha de pasar tan siquiera la sombra de esas “ingeniosas” invenciones “ultrarrevolucionarias” con que algunos desdichados jornaleros oficiales de la revolución creen llenar el vacío crítico de sus menguados meollos: “anarcofascismo”, “anarcotraidores”, etc.

       Hasta que Marx, apoyado por el estudio de los fenómenos que el maquinismo, con la aparición del proletariado industrial y sus necesidades, crearon, no sometió a revisión y crítica implacables la concepción que de la historia y de la humanidad se tenía, en el mundo no se sabía que todas las revoluciones, con sus regímenes, instituciones, conceptos y hasta normas de razonamiento obedecían no a una idea abstracta de la justicia, sino a las necesidades e intereses de las distintas clases sociales. La revolución burguesa, que abarca un extenso período de la historia, trajo a la vida un conjunto de normas, principios e ideas que, siendo en realidad la expresión de las necesidades exclusivas de la burguesía, se formulan y propagan como si fueran la esencia ideal de la liberación del ser humano, del mismo hombre en sí, abstracción hecha de las características sociales del mismo. Pero la revolución burguesa (que tiene su más elevada expresión en la destrucción del régimen feudal en Francia), la justicia, la razón, el derecho, la moral, etc., son principios absolutos, abstractos, inmutables y eternos, que pertenecen a la naturaleza del hombre como tipo único e indiferenciable. Y la vida, en su totalidad, marcha a remolque de tales palabras milagrosas. Hoy sabemos de sobra que todos esos supuestos valores eternos, bajo los cuales la burguesía, árbitra de la situación, vino educando a todos los hombres, no son más que los “ideales” que a los burgueses corresponden y en cuya creencia se apoya la permanencia de la propiedad burguesa. Porque todos esos valores, todos esos principios se crearon bajo el supuesto del hombre aislado y propietario, con la libertad completa de su propiedad. Luego se descubrió que la vida, en su complejidad, se inspira no en palabras de supuesto valor superhumano, sino en las relaciones materiales del sistema social en que se vive.

  -Febrero de 1932-

—Esteban Bilbao*, Comunismo nº9.

Órgano teórico de la Oposición Internacional Española.

Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia del marxismo español (Ed.Fontamara, 1978)

Oposición Comunista Española | Izquierda Comunista de España

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*ESTEBAN BILBAO (m. 1954). — Contable. Procedente de las Juventudes Socialistas, está entre los fundadores del Partido Comunista en el País Vasco. Fue uno de los fundadores de la Oposición Comunista de Izquierda, y uno de los dirigentes de la Izquierda Comunista desde su fundación. Partidario de las posiciones de Trotsky, en 1935 se niega a unirse al POUM e ingresa en el PS. Desde 1936 milita en la sección bolchevique-leninista española. Milita en el trotskismo hasta 1947. Muere en Biarritz en 1954. [Ed. Fontamara, 1978]
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Comunistas de Euskal Herria
 

asteazkena

LA CRISIS DEL PARTIDO SOCIALISTA ESPAÑOL (J.L. Arenillas)


“...un ministro socialista, en un gobierno burgués, es antimarxista por función de su cargo, ya que su voluntad está también determinada por las condiciones sociales que le rodean. Al encomendarle la burguesía las gestiones de sus asuntos y la administración de su dominación de clase...”
Gerra Zibila Iberian
LA CRISIS DEL PARTIDO SOCIALISTA ESPAÑOL
(por J.L. Arenillas* en Comunismo)
[...]

S

i son marxistas, deben admitir que si las condiciones de existencia dominan al hombre y determinan por su manera de vivir su modo de pensar, un ministro socialista, en un gobierno burgués, es antimarxista por función de su cargo, ya que su voluntad está también determinada por las condiciones sociales que le rodean. Al encomendarle la burguesía las gestiones de sus asuntos y la administración de su dominación de clase, los ministros sedicentes obreros se ven obligados a repudiar la teoría marxista, que es el álgebra de la emancipación del proletariado. Es innegable que los ex ministros y los ex altos funcionarios socialistas han puesto su talento al servicio de la clase burguesa, actuando de válvula de seguridad que daba salida al descontento de las masas y garantizaba la estabilidad del capitalismo y su dominación de clase. Y si se les ofreciera otra oportunidad de colaborar, no repararían en cometer nuevamente las mismas torpezas y los mismos errores que encaminan al proletariado español a su derrota. ¿A qué obedecen estas últimas maniobras parlamentarias, esos discursos encendidos de fervor republicano y patriotero, sino a un deseo incontenible de ocupar los cargos que la burguesía les hizo abandonar? ¿A qué ese afán de lograr la unidad de los republicanos, cuando debieran dedicar todas sus energías y todas sus actividades a conseguir la unión de la clase obrera y la incorporación de la pequeña burguesía a la causa de la revolución social? La revolución no debe engañarnos nuevamente. Conviene reconocer a tiempo que hay hombres e ideas que estorban a la marcha de la revolución, que nunca podrán acomodarse a los nuevos métodos de lucha, y que, por consiguiente, en estos momentos históricos de tanta transcendencia, es una obligación abandonarlos a su propia suerte.

[...]
       El movimiento obrero no tiene otra salida que la REVOLUCIÓN. La clase obrera se ve obligada a conquistar el estado para organizar la gestión colectiva de los medios de producción.
       La existencia de un PARTIDO  revolucionario, que represente efectivamente los intereses generales y permanentes de la clase obrera, sometido a un control constante de las masas laboriosas, es la condición que asegura la acentuación de la conciencia de clase del proletariado, la liquidación del reformismo y del sectarismo, la unidad de la clase obrera y la emancipación del trabajo y de los trabajadores.

 30 de julio de 1934

—Jose Luis ARENILLAS, Comunismo*, nº37, agosto de 1934.

Reproducido en Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia del marxismo español (Ed.Fontamara, 1978)

*‘Comunismo’: Órgano teórico de la Oposición Internacional en España

* ARENILLAS, JOSE LUIS (1904 -1938).— Médico de una cofradía de pescadores de Bilbao. Miembro de la Izquierda Comunista desde 1932. Colaboró, además de en “Comunismo”, en “La Batalla”, y escribió varios trabajos sobre la cuestión nacional vasca. Organizó la primera columna de milicianos de Bilbao al estallar la guerra civil. Jefe de sanidad del ejército de Euskadi, luego del ejército del Norte. Encabeza la última resistencia armada en Santander. Cae prisionero en agosto de 1937, en Santoña, y es ejecutado a garrote en Bilbao en marzo de 1938. [Según Ed. Fontamara, 1978]. J.L. Arenillas abandonó el trotskismo para ingresar en el centrista POUM.

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Barrikada bat gerra zibilean (1936-1939)

Anarquismo, amenaza para la clase obrera

K. Liebknecht, R. Luksemburg eta V.I. Leninen irudia pankarta batean. Berlin; 2014.

NUESTRA REVOLUCIÓN Y
EL PELIGRO ANARCOSINDICALISTA
(por Esteban Bilbao)

 

"Y puesto que el anarcosindicalismo en España
 va inevitablemente a la derrota
más miserable y ridícula,
está fuera de duda que la revolución española
 será la tumba del anarquismo.
Pero hay que procurar por todos los medios
 que la tumba del anarcosindicalismo no sea
al mismo tiempo la tumba de la revolución."

(L. TROTSKY)

 

       De los peligros que acechan a la revolución española —hablo de la revolución y no de la República, señores propietarios, o aspirantes a propietarios, o criados de propietarios—, el más efectivo y real es el peligro anarcosindicalista. El anarcosindicalismo, por su historial de honrada actuación rebelde, por su tradicional espíritu de sacrificio, por las persecuciones de que ha sido objeto, tiene una enorme influencia entre las masas trabajadoras españolas. Sin embargo, a pesar de esto, es necesario, a todo trance, sustraer los obreros españoles a la influencia y a las sugestiones del anarcosindicalismo. De lo contrario no hay una sola posibilidad de triunfo para el proletariado español en los muy próximos combates que se verá obligado a emprender para desalojar a la burguesía de las trincheras del poder. La mayor desgracia que puede ocurrir a la revolución española, llegado el momento decisivo de la lucha, sería llevar a la cabeza como elemento director al anarcosindicalismo. En tales condiciones la derrota sería absolutamente segura.

       Quiero hacer la salvedad de que mi rotunda afirmación no nace del supuesto de una probable caída del anarcosindicalismo en el pantano reformista.  Este fenómeno también lo considera el autor como cosa cierta; pero cree que no se realizará de una manera evidente e inconfundible en su totalidad, sino después de la derrota. ¡Ojalá sea posible  desalojar del terreno de la revolución el fermento ácrata antes de que el proletariado se haya visto obligado a entablar la batalla suprema! Es doloroso que una revolución se malogre por el gusto de someter a experiencia una “teoría” tan inútil, ilusa y desacreditada como el anarquismo. Se me objetará que también el marxismo pierde revoluciones; ejemplo: Estonia, China... Efectivamente, el “marxismo”... de Stalin es capaz de perder muchas cosas todavía, la revolución española incluso y aun la rusa si le dejan. Pero, aparte de reticencias, el marxismo auténtico, el marxismo de Marx, Lenin, Trotsky, también puede sufrir derrotas. Esto quiere decir, simplemente, que el mejor jugador se expone a perder. Lo que ya resulta difícil es que gane quien no tiene la menor idea del juego en que interviene. Sobre todo si el juego es tan complicado como una revolución. Y el anarcosindicalismo es, cuando más, eso: un jugador que desconoce en absoluto el juego.  Y como las revoluciones nunca triunfan por chiripa, resulta que el anarcosindicalista es un revolucionario de azar, un derrotado a priori. Y ya digo, lo doloroso no sería la derrota del anarcosindicalismo en sí —cosa ya descontada para toda mentalidad medianamente marxista—, sino al aplastamiento de la revolución al llevar como caudillo al anarcosindicalismo. [...]

—ESTEBAN BILBAO. Comunismo nº9. Órgano teórico de la Oposición Internacional Española. (publicación prohibida por la República burguesa española en 1934)

Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia del marxismo español (Ed.Fontamara, 1978)

Oposición Comunista Española | Izquierda Comunista de España

Montseny eta G. Oliver ministro anarkistak

igandea

Smilga eta Ordzonikidze

Ivars Smilga eta Grigol ("Sergo") Ordzonikidze
Ивар Тенисович Смилга
გრიგოლ (სერგო) ორჯონიკიძე

Bukharin

PC
   “History moves in contradictions. The skeleton of historic existence, the economic structure of society, also develops in contradictions. Forms eternally follow forms. Everything has only a passing being. The dynamic force of life creates the new over and over again —such is the law inherent in reality. Hegel's dialectics, which Marx placed on its feet, is valuable for this very reason that it grasps the dialectics of life, that it fearlessly analyses the present without being disturbed by the fact that every existence hides within itself the germ of its own destruction.

—Nikolai Ivanovitx BUKHARIN, Imperialism and World Economy

Materialismo comunista contra idealismo anarquista


TROTSKISMO vs. ANARQUISMO

Pancarta trotskista en Berlin, Alemania
NUESTRA REVOLUCIÓN Y
EL PELIGRO ANARCOSINDICALISTA (por Esteban Bilbao)

     [...] La burguesía, cuando advino al poder como clase revolucionaria, creyó sinceramente que hacía una revolución de emancipación total del hombre. Los postulados ideales los formuló en la seguridad de haber descubierto la fórmula de liberación del hombre de todo yugo. Ni con mucho podía suponer que sus ideas se limitaban a exponer las necesidades e intereses de una clase social que tenía su fundamento en las condiciones económicas, de las cuales aquéllas —las ideas— no eran otra cosa que la interpretación mental. La burguesía creyó de buena fe que con su revolución terminaba el período tiránico de la existencia humana, y que sus intereses, codificados e idealizados en un mente metafísico —el hombre—, inauguraba el reino de la igualdad, de la felicidad y de la justicia en la tierra. La
burguesía no podía saber esta verdad, tan sencilla en apariencia, pero que ha tardado tantos siglos en madurar: El hombre aislado no existe. Todo ser humano pertenece a una clase social que se determina por las condiciones materiales de su existencia. El fondo de la historia lo constituye la lucha de las diversas clases en virtud de los antagonismos de intereses. La clase que predomina impone su interés a las demás en forma tal que dicho interés se convierte en el fundamento de la civilización por todo un período de la historia. Durante tal período, el derecho, la justicia, la moral, la religión, el arte, es decir, todos los elementos de la superestructura social, no hacen más que dar expresión al interés material de la clase dominante. Por tanto, toda concepción, toda filosofía, toda “ciencia” social que arranque de la consideración del hombre en sí, resulta completamente falsa; es puro misticismo y, en definitiva, sólo aprovecha a la clase dominante.

     El anarquismo, al ignorar las clases con sus luchas e intereses; al ignorar el fundamento de las pugnas políticas; al ignorar las verdaderas fuerzas motrices de la historia y sus contornos precisos, se halla fuera de la conciencia revolucionaria del proletariado. El anarquismo, al enfrentarse con la realidad social, parte de un concepto abstracto e individualista de la libertad; sólo ve al “hombre” oprimido por una autoridad, pero desconoce por completo las raíces sociales de esta opresión.
Para él, la autoridad estriba en una especie de “libre voluntad”, de dominio, voluntad que injustamente imponen las diferencias entre los “hombres”. Por tanto, la lucha emancipadora del “hombre” consiste en abatir la autoridad para que, a renglón seguido, reine la libertad humana. Para el anarquismo, la voluntad, el querer, no es un fenómeno determinado y supeditado a ciertas condiciones dimanantes de todo un complejo histórico-social, sino una especie de talismán supremo a cuyo conjuro se doblega y somete mansamente la complicada materia cósmica. Se trata, por lo visto, de la omnipotente voz del viejo Jehová. La “base filosófica” del anarquismo es en realidad el libre albedrío de las viejas religiones. Además, identifica voluntad y posibilidad, mejor dicho, la cuestión de posibilidad no reza, ya que para el anarquista no se trata del mundo material con sus leyes de inercia y movimiento inmanentes, sino de la influencia ideal de ciertos principios inmateriales.

     De lo expuesto se deduce que la esencia del anarquismo nada tiene que ver con la doctrina de clase, fundamento teórico del proletariado. El anarquismo arranca del
mismo conjunto de nociones abstractas que la filosofía burguesa, de los pretendidos principios humanos absolutos anteriores y superiores a toda objetividad concreta, a toda contingencia histórica, a toda materialidad social. Y esto, dígase lo que se quiera, no es sino pura ilusión metafísica, idealismo, religión. Se trata, en definitiva, del fantasma místico contra el cual viene luchando la ciencia en todos los órdenes de la naturaleza y que ha tocado en suerte al proletariado aniquilarlo en el terreno del conocimiento de la sociedad y de la historia. La gran fuerza, el poder insuperable de la revolución proletaria estriba en que el determinismo universal, que rige la vida en todos los órdenes, ha soldado en una poderosa unidad proletariado, comunismo y ciencia, que bajo el imperio de la necesidad caminan con ritmo arrollador a la conquista del universo. [...]                                                                                 
-Febrero de 1932-

—Esteban Bilbao*, Comunismo nº9.

Órgano teórico de la Oposición Internacional Española. (publicación prohibida por la República burguesa española en 1934)

Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia del marxismo español (Ed.Fontamara, 1978)

Oposición Comunista Española | Izquierda Comunista de España

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*ESTEBAN BILBAO (m. 1954). — Contable. Procedente de las Juventudes Socialistas, está entre los fundadores del Partido Comunista en el País Vasco. Fue uno de los fundadores de la Oposición Comunista de Izquierda, y uno de los dirigentes de la Izquierda Comunista desde su fundación. Partidario de las posiciones de Trotsky, en 1935 se niega a unirse al POUM e ingresa en el PS. Desde 1936 milita en la sección bolchevique-leninista española. Milita en el trotskismo hasta 1947. Muere en Biarritz en 1954. [Ed. Fontamara, 1978]

larunbata

Trotsky

«Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas.»
-Trotsky, La revolución permanente (1930)

Tukhatxevski


“Alderdi komunista gehienek arreta gutxiegi eskaintzen diote langileen heziketa militarrari”

—Mikhail Tukhatxevski (La insurrección armada, Fontamara arg., 1978; 200. orr.)


Mikhail Tukhatxevski, ezkerrean.  М. Н. Тухачевский.
“La mayor parte de los partidos comunistas conceden demasiada poca atención a la instrucción militar de los obreros”

—Mikhail Tukhatxevski (La insurrección armada, Ed. Fontamara, 1978; p.200)

asteazkena

Arkaitz Bellon, herriak ez du barkatuko!


Esteban Bilbao: "El anarquismo es la negación de todo lo que el proletariado precisa para triunfar"


Lenin y Trotsky (detalle)
ESTEBAN BILBAO (m. 1954). — Contable. Procedente de las Juventudes Socialistas, está entre los fundadores del Partido Comunista en el País Vasco. Fue uno de los fundadores de la Oposición Comunista de Izquierda, y uno de los dirigentes de la Izquierda Comunista desde su fundación. Partidario de las posiciones de Trotsky, en 1935 se niega a unirse al POUM e ingresa en el PS. Desde 1936 milita en la sección bolchevique-leninista española. Milita en el trotskismo hasta 1947. Muere en Biarritz en 1954. [Ed. Fontamara, 1978]

 
Comunistas en Donostia, detalle de una foto

NUESTRA REVOLUCIÓN Y
EL PELIGRO ANARCOSINDICALISTA

     [...] La actual organización burguesa es la última de régimen de dominio de clase. La burguesía es la última clase propietaria que históricamente queda por suprimir. Y el proletariado no puede cumplir su misión sin destruir esta esta última forma de apropiación individual. Pero esta labor gigantesca y prolongada supona la transformación de toda la base material de la vida, y con ella un cambio radical del modo de ser de la humanidad entera. A través de toda una época histórica de luchas terribles, de guerras y revoluciones, el proletariado, árbitro de la situación, irá sometiendo todo los elementos sociales a las condiciones anejas a una humanidad sin clases, sin propiedad individual y sin antagonismos de intereses. El instrumento de esta transformación no puede ser otro que el poder proletario, la dictadura proletaria, el estado proletario, como expresión del “derecho” de la clase obrera a someter a toda la sociedad a las condiciones que el comunismo exige. Esta es la misión del estado proletario. El coronamiento de esta transformación colosal lleva consigo aparejada la disolución de todo estado, pues el estado no es más que el producto de la existencia de las clases y de sus luchas. El estado no se suprime, no queda “abolido” con actos “voluntarios” de rabiosa rebeldía, como piensa, con ignaro candor infantil, el anarquismo. El estado termina su existencia solo al final de la lucha emancipadora, cuando el proletariado ha ganado por completo la partida con el establecimiento definitivo de la humanidad comunista. Entonces el estado deviene un órgano sin función y, por lo tanto, se extingue.

     El anarquismo, que no es una concepción basada en el conocimiento de los materiales que la revolución ha de manejar, no es más que un ciego iluso marchando al abismo. Si el proletariado español no logra curarse a tiempo del sarampión libertario, la revolución española será una sangrienta y ridícula parodia para regocijo de nuestra burguesía. Sin disciplina de clase para la toma revolucionaria del poder no cabe triunfo posible. El anarquismo es la negación de todo lo que el proletariado precisa para triunfar.
1932ko otsaila
—Esteban Bilbao, Comunismo nº9.

Órgano teórico de la Oposición Internacional Española.
Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia del marxismo español
(Ed.Fontamara)