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August Bebel erlijioari buruz


AUGUST BEBEL ERLIJIOARI BURUZ
AUGUST BEBEL SOBRE LA RELIGIÓN EN
‘LA MUJER’
Roza Luksemburg eta August Bebel



Con la religión ocurrirá lo que con el Gobierno. No se la «suprimirá», no se «abolirá a Dios», no se le «arrancará del corazón de las gentes», como dicen los «cuentistas» que de estos lugares comunes se valen hoy para patentizar las ideas de ateísmo de los demócratas socialistas. La Democracia socialista deja toda chanza a los ideólogos burgueses que en la Revolución francesa emplearon tales medios, ocasionándole un triste fracaso. La religión se desvanecerá por sí misma, sin sacudida violenta.

         La religión refleja de un modo trascendente el estado social del momento. Se modifica en la medida que el desarrollo humano progresa, que la sociedad se transforma. Las clases dirigentes tratan de mantenerla como medio de dominación, y viene a ejercer una verdadera función administrativa. Se forma una casta que se encarga de esta función, y emplea toda su sagacidad en mantener y ensanchar la institución, porque con ella engrandece su poderío y la consideración de que goza.
[...]
         Las clases dirigentes se apoyan en la religión como sostén de toda autoridad, lo mismo que han hecho todas las clases que hasta aquí fueron preponderantes.
[...]
         El máximo de instrucción de los hijos de la burguesía consiste en salir bien de los exámenes. Logrando este resultado creen ya haber escalado el Pelión y el Ossa, y se ven cerca del Olimpo, sintiéndose dioses de segunda fila. Cuando tienen un título en el bolsillo, su orgullo y su superioridad no conocen límites.
         Las hijas de nuestra burguesía se educan para ser muñecas de escaparate, esclavas de la moda, damas de salón, corriendo de placer en placer, hasta que, finalmente, cansadas, llenas de tedio, sufren todas las enfermedades reales e imaginarias. Viejas, se convierten en gazmoñas, vuelven los ojos a la corrupción del mundo y predican moral y religión.
         Para las clases inferiores, se trata de rebajar el nivel de la instrucción. El proletariado podría ser demasiado instruido, conocer su condición servil y rebelarse contra sus dioses.
August BEBEL (1840-1913): LA MUJER (en el pasado, en el presente, en el porvenir). Ed Fontamara, 1980.

"-Бога нет!"