Marcel Hic etiketadun mezuak erakusten. Erakutsi mezu guztiak
Marcel Hic etiketadun mezuak erakusten. Erakutsi mezu guztiak

osteguna

"TESIS SOBRE LA CUESTIÓN NACIONAL", de Marcel Hic [17 eta 18]



La tarea de los revolucionarios es, precisamente, mostrar la solidaridad que existe entre todos los pueblos explotados, soldar enteramente el movimiento nacional de los pueblos coloniales con aquel de los países capitalistas y dar así a la resistencia nacional un contenido verdaderamente antiimperialista y anticapitalista.
 


solo la clase obrera es capaz de proporcionar, a través de la toma del poder y la dictadura del proletariado, una solución progresiva de la crisis a la que el capitalismo precipita a la humanidad; también se debe comprender que el movimiento nacional de las masas es, en el periodo actual, uno de los más eficaces palancas para derrocar el capitalismo.


Indotxinako iraultzaren irudia
TESIS SOBRE
LA CUESTIÓN NACIONAL
(1942)
Marcel Hic
4. Internazionalaren militantea


17.-
 El movimiento nacional tiene, en Europa, un carácter fundamentalmente diferente de aquel nacionalismo reaccionario e imperialista de Londres; es una de las fuerzas fundamentales que preparan y abrigan en Europa una crisis revolucionaria. En el estado actual, la rabia de la pequeña y mediana burguesía se vuelca contra la dominación del capital financiero alemán y de la Gestapo. El movimiento nacional de las masas, lejos de tener raíces estrictamente nacionalistas, se sumerge en una de las contradicciones más decisivas del sistema capitalista en la época imperialista; es sobre todo la manifestación, bajo la forma del nacionalismo, de la radicalización de la pequeña burguesía, una nueva expresión de la revuelta de las clases medias contra el capital financiero.

De otra parte, en ausencia de un partido revolucionario enraizado en las masas hay que organizar un primer eje de reagrupamiento de la clase obrera, política y organizacionalmente dislocada por el hundimiento del aparato de Estado al que las burocracias sindicales y políticas han ligado la suerte del proletariado. El proletariado ha visto a sus organizaciones barridas, a sus representantes perseguidos; la victoria del hitlerismo la ha encontrado políticamente desorganizada y desorientada. También la pequeña burguesía se encuentra precipitada al primer rango de la lucha contra el imperialismo alemán. El desarrollo del movimiento nacional se ha constituido a través de Europa en la primera ola que anuncia el futuro ascenso revolucionario primera ola detrás de la cual se organizan las fuerzas de una nueva ola proletaria. El movimiento obrero es puesto de nuevo en marcha y, bien que sus primero pasos son dados bajo la bandera perimida del nacionalismo, esta nueva partida obrera constituye en sí un hecho enteramente progresivo.

De una manera general, a pesar del carácter reaccionario de las reivindicaciones, el movimiento nacional puede jugar un rol progresivo en la crisis revolucionaria que se prepara, en tanto que lanzará a las masas profundas de la población a la arena política, armándolas prácticamente contra la dominación del imperialismo. La característica de las grandes crisis históricas es, en efecto, la de lanzar a la lucha contra el orden existente a los mismos que participan en la explotación y aquellos que luchan contra el régimen existente, constituyendo los efectivos de la primera ola de la revolución.

La característica de las grandes crisis históricas es que, de hecho, precisamente, ponen en marcha en la lucha en contra del orden existente a los mismos que, recién llegados a la lucha contra el régimen, proporcionan los efectivos de la primera ola de la revolución.

Si, contra el proletariado, a través del movimiento nacional, se pierde la conciencia clara de sus objetivos históricos propios, constituirá un paso atrás, una terrible amenaza para la revolución; falto de un proletariado consciente, la crisis se va a desatar, una vez más, de una manera contrarrevolucionaria; pero es importante tener siempre presente en el espíritu y explicar que solo la clase obrera es capaz de proporcionar, a través de la toma del poder y la dictadura del proletariado, una solución progresiva de la crisis a la que el capitalismo precipita a la humanidad; también se debe comprender que el movimiento nacional de las masas es, en el periodo actual, uno de los más eficaces palancas para derrocar el capitalismo.

18.-
 Precisamente porque es, social y políticamente, una escena pequeñoburguesa, el movimiento nacional puede abrir el camino a la revolución proletaria o a la contrarrevolución imperialista y autoritaria. Depende sobre todo de una táctica justa de la clase obrera para que las clases medias se unan a la bandera del socialismo o la de la reacción capitalista. El fracaso de la vanguardia obrera sería especialmente menos perdonable ya que el equilibrio de fuerzas entre la burguesía, las clases medias y el proletariado, después de tres años de guerra imperialista, evoluciona totalmente a favor del proletariado. Si bien es cierto de un país a otro, dependiendo de su estructura económica y situación geográfica: Bélgica, Holanda, Noruega y más aún Francia, debido a su proximidad del frente anglosaxón, de su dependencia económica con el respeto de los fideicomisos y bancos ingleses, el peso social de su burguesía y el carácter imperialista de su estructura económica, representan el ala derecha reaccionaria del movimiento nacional, donde las posibilidades del triunfo del imperialismo son serias.

Por el contrario, Checoslovaquia, Polonia, Serbia representan el ala izquierda; la debilidad relativa de la burguesía en esos países, la importancia de la cuestión agraria, la proximidad de la URSS, son tanto factores que acentúan el carácter revolucionario del movimiento nacional de esos países. Pero no se debe separar el movimiento nacional de los países del oeste y del este europeos; el trazo esencial de movimiento nacional en Europa, es que está dirigido contra un solo y mismo enemigo, que constituye un todo indisoluble, que la lucha del pueblo checo o polaco por metas revolucionarias será un factor potente de radicalización de la pequeña burguesía en Francia o en Bélgica. De la misma manera, no se puede separar la lucha de las masas de Francia o de Bélgica de la de las masas del Medio Oriente o de India, de aquellas de los pueblos coloniales en general. La tarea de los revolucionarios, es precisamente, mostrar la solidaridad que existe entre todos los pueblos explotados, soldar enteramente el movimiento nacional de los pueblos coloniales con aquel de los países capitalistas y dar así a la resistencia nacional un contenido verdaderamente antiimperialista y anticapitalista.

—Marcel Hic

"Langileek homosexualen eskubide demokratikoak defenditu behar dituzte! Spartacist"

astelehena

"TESIS SOBRE LA CUESTIÓN NACIONAL", de Marcel Hic [16]


Trotskistas de la Liga Espartaquista se manifiestan contra el régimen estadounidense y el imperialismo.
TESIS SOBRE
LA CUESTIÓN NACIONAL
(1942)

Marcel Hic
4. Internazionalaren militantea

 

16.-

 Pero los lazos materiales que unen a las diferentes burguesías europeas y el imperialismo no agotan el contenido de las camarillas nacionalistas refugiadas en Londres. Ellas se dividen en muchas corrientes y tendencias que se enfrentan en luchas extremadamente violentas. No solamente las diferencias entre país y país que subsisten desde el tratado de Versalles, sino también las oposiciones políticas y de perspectivas que toman, en su círculo más restringido, un carácter muy violento: de una parte la emigración englobada por las personas que vienen de todos los horizontes políticos, después la extrema derecha fascista y bonapartista, hasta el socialismo de izquierda, pasando por el nacionalismo que se oponen a los imperativos del imperialismo británico, hasta aquellos que se oponen a los del imperialismo yanqui.

Hay que comprender que estas divisiones constituyen una de las debilidades más importantes del nacionalismo de Londres. De la misma manera, en caso de una victoria del imperialismo aliado, las diferentes burguesías serán incapaces por un largo periodo de presentar a las masas un programa interior y exterior coherente y de reunir las fuerzas de la pequeña burguesía contra la clase obrera en torno a un programa imperialista.

Solo una descomposición total del proletariado revolucionario podrá permitir a las diferentes burguesías de utilizar al movimiento nacional de masas para instaurar un Estado autoritario.

Pero el Estado autoritario no tiene más sentido que como instrumento de la lucha de la burguesía por la dominación del mercado imperialista; en la medida en que una solución imperialista a la guerra no significa más que la repartición del mundo por las potencias privilegiadas, la liquidación de los imperialismos secundarios y, por una fuerte razón, el avasallamiento total de las pequeñas naciones, todo el desarrollo nacional en un sentido autoritario y contrarrevolucionario será abatida por la misma impotencia que abate actualmente a los movimientos surgidos en Europa a imagen del nacional-socialismo.

—Marcel Hic

osteguna

"TESIS SOBRE LA CUESTIÓN NACIONAL", de Marcel Hic [15]

Trotsky Plaza Gorrian

TESIS SOBRE
LA CUESTIÓN NACIONAL
(1942)
Marcel Hic
militante de la 4.ª Internacional

15.-

En los diferentes países ocupados, la burguesía busca sobre todo los caminos que le permitan mantener y aumentar su parte de las ganancias y restaurar la grandeza imperialista en toda su gloria pasada. Todas las corrientes y todas las fracciones buscan el mismo objetivo por medios diferentes. En cada país, las diferentes fracciones de la burguesía nacional cubren pudorosamente su política bajo el velo del interés nacional: en realidad, ellas no buscan más que asegurar la parte más grande posible del plusvalor producido por “su” proletariado. Solo, por lo tanto, la fracción de la burguesía reunida en torno al gobierno fantasma de Londres, que parece mantener una lucha muy vigorosa contra el imperialismo alemán, por medio de la lucha militar, consigue un eco entre las masas pequeñoburguesas y obreras. El contenido real del gobierno de Londres es exprimir por lazos profundos que unen un gran número de empresas belgas, francesas, polacas, noruegas y los trusts y bancos británicos. Hay que denunciar de manera implacable el contenido real del nacionalismo de Radio Londres; hay que utilizar cada hecho preciso, cada declaración, para dar una polémica implacable contra los agentes del capitalismo británico. Las masas no se forman, a decir verdad, ninguna ilusión sobre lo que representa el nacionalismo de Radio Londres. En realidad, en ausencia de partidos proletarios que tomen en cada país la voluntad de desarrollar la lucha en el sentido de la lucha de clases independiente, ellas tienden a ver en las democracias un instrumento de su liberación: se inclinan, por eso mismo, a cerrar sus ojos sobre el carácter imperialista de guerra de Londres y de Washington. Por eso mismo hay que denunciar incansablemente el carácter real de la guerra llevada adelante por los anglosaxones.
Hay que denunciar las expectativas sobre una posible expansión inglesa a expensas de los países aliados neutrales. Hay que recordar la carrera sangrante de opresión inglesa en África e India. Hay que darle, en nuestra propaganda, un lugar muy importante a la lucha del pueblo hindú por su liberación. Así también recordar los métodos de corrupción y de chantaje por los cuales el imperialismo inglés se esfuerza en mantener la opresión sobre los pueblos de Europa, enfrentando unos contra otros.
De la misma manera hay que acumular hechos para demostrar cómo la “gran democracia” norteamericana procede a la invasión financiera de América del Sur y del imperio británico. Hay que demostrar cómo, en América Latina, esta penetración se acompaña de una liquidación progresiva de las instituciones democráticas.
Hay que explicar incansablemente que los aliados verdaderos de los pueblos de Europa, son los huelguistas ingleses y americanos, también los pueblos de India y China, luchando por su libertad, son todos aquellos que dirigen en el mundo la lucha de clases para revertir el imperialismo inglés y norteamericano; como son también los obreros y los campesinos de la URSS que combaten por la defensa del primer estado obrero.
--Marcel Hic; militante boltxebike-leninista