larunbata

"TESIS SOBRE LA CUESTION NACIONAL", de Marcel Hic [2, 3]


TESIS SOBRE
LA CUESTIÓN NACIONAL
(1942)
Marcel Hic
militante de la 4.ª Internacional

2.-

 En la época del capitalismo liberal, la circulación de riqueza posee ya un carácter internacional, pero el proceso de la producción se desenvuelve sobre todo en el ámbito nacional. En la época del imperialismo, por el contrario, el capitalismo destruye paso a paso todos los ámbitos de la producción nacional. El mantenimiento y crecimiento del lucro capitalista no puede ser conseguido más que por la conquista de nuevos mercados. La época del imperialismo es aquella de la exportación de capitales y la importación de dividendos; la exportación de capital no significa otra cosa más que la exportación de industrias y bancos.

         Así se elaboran las nuevas relaciones internacionales. La nueva organización económico-política del mundo encuentra su expresión condensada en la noción de Commonwealth o de espacio vital: zona preferencial de exportación de capitales protegidos por una serie de barreras económicas y políticas, al interior de aquellos estados que continúan subsistiendo. La independencia política de estos se encuentra disminuida, porque se encuentran cada vez más reducidos a una situación de avasallamiento económico que hace cada vez más ilusoria su independencia política.

 

3.-

 En el mercado mundial dividido, con sus posibilidades de absorción por regímenes capitalistas debilitados, el mundo dividido en zonas reservadas de exportación de capital, la superproducción relativa y las crisis devienen el modo de existencia más constante de capitalismo, cada imperialismo no tiene otra posibilidad que recurrir a imponer por la fuerza una nueva repartición de zonas de influencia y mercados, a acaparar, a expensas de los capitalismos rivales, los países subordinados económicamente.

De esta manera, la época del imperialismo se caracteriza por la permanencia de guerras brutales, criminales, tanto locales como mundiales, todas teniendo por objetivo una nueva repartición del mundo, la entrada de países que alguna vez fueron independientes a la esfera de las potencias imperialistas. De esta manera, el imperialismo, hace todo para destruir el ámbito de la producción nacional, multiplicando la opresión nacional.

El imperialismo ha hecho quebrar los ámbitos nacionales de la producción: este ha sido un proceso internacional desde su misma esencia. De la misma manera que expropia a miles de capitalistas y concentra la riqueza económica, prepara el paso de la economía a manos del proletariado, al afirmar las bases de una organización internacional de la producción, mediante la cual la supresión de la ganancia capitalista permitirá la supresión de la explotación del hombre por el hombre.

Porque es la encarnación exacerbada de la sed de ganancia capitalista, el imperialismo sirve a la concentración industrial, la economía dirigida y la organización internacional de la producción bajo meros fines reaccionarios. Sólo la revolución proletaria puede destruir el ciclo infernal de crisis y guerras; sólo el socialismo, la organización a escala nacional de la producción, eliminando la riqueza y su circulación, puede suprimir la causa de la guerra; sólo la revolución mundial, contra el yugo imperialista, puede terminar la opresión nacional, por medio de los estados socialistas del mundo. Es por ello que los revolucionarios, levantando las justas reivindicaciones nacionales de los pueblos oprimidos, no olvidan ni por un solo segundo que no hay solución a la cuestión nacional más que la revolución proletaria internacional.
 
[...]
 
Marcel HIC