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Sylvain Maréchal: Dios y los sacerdotes, fragmentos de un poema filosófico (1793)


Nada nace; nada muere: todo necesariamente,
Todo existe, sometido a los juegos del cambio;
Alternativamente, la materia dispuesta de otro modo,
Vegeta en la planta, en el hombre es el pensamiento:
Todo se atrae, se rechaza; y dentro del mismo objeto,
Se encuentra, al mismo tiempo, un principio, un efecto:
Por su propio ascendente, la naturaleza sobre ella
Actúa, y toma sin cesar una forma nueva:
Los elementos, amigos y rivales a la vez,
Tienden al mismo fin, mediante leyes contrarias.

Sylvain Maréchal (Citado en Historia de las filosofías materialistas, de Pascal Charbonnat ; Dieu et les prêtres, fragments d'un poème philosophique)


Pueblo, conoce tu fuerza, y hazlo todo por ti mismo;
Tú lo puedes todo; no esperes nada de ese ser supremo,
Que sirvió demasiado tiempo de asilo a los perversos.
Pueblo, opón a tus reyes, no un Dios, sino tu brazo.

Sylvain Maréchal (Citado en Historia de las filosofías materialistas, de Pascal Charbonnat ; Dieu et les prêtres, fragments d'un poème philosophique)