“La
revolución rusa demostró que el socialismo
sólo
era posible mediante la conquista previa del poder por el
proletariado
a través de una revolución triunfante”
(Esteban Bilbao)
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a falta absoluta de un partido revolucionario del proletariado ha
hecho posible que en España, al igual que en el mundo entero, el partido
socialista siga ejerciendo la tutela política de la clase trabajadora. Era la
socialdemocracia internacional un instrumento forjado sobre la base de una
concepción pacifista de la evolución histórica que excluía la necesidad de la
lucha revolucionaria por el poder para la implantación del socialismo. Toda su
estructura interna, su contenido ideológico, la educación de sus militantes,
estaba inspirada en el supuesto del triunfo del socialismo a través del
mecanismo pacífico de la democracia. Bajo todos conceptos, los partidos
reformistas de la clase obrera, los partidos socialdemócratas, actuaron en
función de la ideología burguesa, desconociendo los antagonismos fundamentales
de clase y las consecuencias que de estos antagonismos se derivan, tanto en la
esfera de la teoría como de la acción. Por esta razón los partidos reformistas
no eran más que una prolongación de los partidos democráticos de la burguesía,
no diferenciándose de estos últimos más que por su fraseología “socialista”, no
extraída del contenido político de los intereses específicos del proletariado,
sino de un vulgar amasijo de consideraciones morales de beatería cristiana.
Este “socialismo” de pequeños burgueses aspiraba a la igualdad por medio de la
educación, el ejemplo y las virtudes humanas desarrolladas por el progreso
social. La democracia llegaría con el tiempo a hacer de la humanidad una
inmensa cofradía de hermanos solidarios y desinteresados... La guerra europea
dio un golpe mortal a este tejido de inocentes e interesadas supersticiones. La
revolución rusa demostró que el socialismo sólo era posible mediante la
conquista previa del poder por el proletariado a través de una revolución
triunfante. Que entre la clase trabajadora y las clases propietarias había una
escisión radical, una solución de continuidad que entrañaba un pleito de tales
proporciones que obstruía por completo el camino del desarrollo social. Que el
problema no tenía otra solución que la destrucción completa de la propiedad y
de todo sistema social en que la propiedad descansa, y que ello sólo era
posible mediante la estructuración de la sociedad a base de los intereses
colectivos del proletariado. [...]
—ESTEBAN BILBAO, Comunismo,
34. zenbakia, 1934ko apirila.
Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia teórica del marxismo español)
trotskistak.blogspot