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"El partido comunista debe ser, sí, un arma de acero" (Esteban Bilbao)



“El partido comunista debe ser, sí, un arma de acero, pero la verdad es que, hoy por hoy, no pasa de ser un cuchillo de madera.
Mitin del EPK-PCE en Hego Euskal Herria, años '30.
"¡Amnistia!" "Proletarios de todos los países, uníos..." y foto de Lenin.

 
EN LA RUTA DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA: DISIPANDO LA NIEBLA

[...] Tarea ardua es conseguir que el proletariado llegue a juzgar la lucha social con arreglo a un estricto punto de vista de clase, condición sin la cual las masas obreras no pueden actuar a fondo con todas las consecuencias. Verdad es que el proletariado tiene en la propia revolución su mejor escuela política. Las peripecias de la gran lucha irán progresivamente aclarando la atmósfera de la revolución y eliminando todas las falsedades que obstaculizan el paso a los combatientes. Mas esto no basta. El proletariado para vencer necesita un partido director enérgico, genial y disciplinado; un partido que sepa serenamente calcular toda la grandeza de su misión; un partido capaz de apreciar en todo momento las fuerzas propias y las del enemigo; un partido que sepa desterrar de su seno, sin piedad, toda fanfarronería demagógica de la ignorancia; un partido al que no puedan tener acceso ni la adulación de los incapaces, ni la intriga de los arribistas, ni las pugnas entre militantes por motivos bastardos y despreciables; un partido, en fin, que aprecie el mérito de cada uno de sus hombres por el valor intrínseco que entraña para la revolución y no por el grado de obediencia servil de que finja estar poseído. Indudablemente que este partido no puede ser otro que el partido comunista. Desgraciadamente, aquí está casi todo por hacer. Hay que desterrar toda ilusión nociva si se quiere evitar el desastre. El partido comunista debe ser, sí, un arma de acero, pero la verdad es que, hoy por hoy, no pasa de ser un cuchillo de madera. Al proletariado, que en las próximas batallas ha de poner toda su carne en el asador, hay que exponerle la verdad desnuda. La responsabilidad de los hombres que se hallan hoy al frente del partido comunista es verdaderamente enorme. piensen que la revolución no puede ser un juego de azar.

Si las condiciones objetivas todas son inmejorables para un próximo triunfo de la revolución proletaria en España, no se puede afirmar los mismo en lo que atañe a la capacidad y organización del partido revolucionario, del partido comunista. Y lo malo no es la incapacidad presente. El partido comunista de España puede y debe organizarse de modo que en un porvenir relativamente próximo adquiera la fuerza y eficacia que hoy le falta. ¿Qué hay que hacer? Cambiar radicalmente de procedimientos. Deponer esa intransigencia falsamente doctrinal, artificialmente impuesta al partido, dejando de lado la política sectarista que mandan hacer. Desde luego que el origen del mal es muy hondo. Pero conste que la musa antimarxista de la filosofía política de Stalin no es la más apropiada para inspirar al proletariado la dialéctica del triunfo.

—ESTEBAN BILBAO, en En la ruta de la revolución proletaria: Disipando la niebla; Bilbo, abril de 1931

(Comunismo nº1, mayo de 1931, vía Revista COMUNISMO (1931-1934) La herencia teórica del marxismo español)