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TESIS SOBRE
LA CUESTIÓN NACIONAL
(1942)
☭
Marcel Hic
militante de la 4.ª Internacional
4. -
Por lo tanto, las reivindicaciones
nacionales adquieren en la época del
imperialismo una nueva significación.
De una parte, en los países rezagados (colonias, semi-colonias),
las reivindicaciones anticapitalistas
y antiimperialistas se unen a las reivindicaciones agrarias, democráticas y nacionales, con las tareas de la
revolución proletaria. Comenzada bajo la dirección de la burguesía, con objetivos nacionales y democráticos, la lucha revolucionaria en los países coloniales no puede tomarse más que a partir de la conclusión lógica que sólo bajo la conducción del partido revolucionario del proletariado, por la
democracia soviética, se
convierte en un eslabón en la
cadena de la revolución proletaria
mundial: social e históricamente, la lucha revolucionaria toma un carácter permanente, que liga indisolublemente
toda lucha revolucionaria a la lucha revolucionaria por el poder del
proletariado de los grandes países
capitalistas. Por otra parte, las relaciones particulares de subordinación se crearon a lo largo de los últimos veinte años entre los países exportadores de capital y los países importadores de capital. De un lado,
las naciones de Europa central y de América Latina han visto su economía dominada por los grandes trusts internacionales, su pequeña y mediana burguesía empobrecida por los beneficios del
capital financiero extranjero, con la ayuda activa e interesada de los bancos
de la gran burguesía nacional,
como así su vida política reducida a la lucha entre tal o cual imperialismo. Del otro lado,
para facilitar su dominación, para
entregar las migas a las burguesías coloniales, las grandes potencias, a través de los reordenamientos de fronteras, de
los recortes absurdos de los mapas de los continentes, han puesto en manos de impotentes burguesías erigidas en naciones, el cuidado de
dominar y oprimir a las naciones más débiles y
atrasadas económicamente;
incluso, la “cárcel de los pueblos” fue dividida en una serie de calabozos
estrechos y oscuros dónde los checos han intimidado a los eslovacos, los
polacos, los ucranianos, los serbios, los croatas.
La revolución que aporta a este punto un “nuevo orden” hitleriano, es la elevación de Alemania al rol de rueda de auxilio
de los países económicamente más atrasados
de Europa, Croacia, Eslovaquia, Hungría, Finlandia, Bulgaria. Pero la promoción de estos países agrarios al rango de potencias,
disimula mal la absoluta dominación de los trusts y bancos alemanes, de la misma manera
que la retórica sobre la
solidaridad interamericana no puede eliminar la explotación que realiza el capitalismo
norteamericano, habiendo eliminado uno a uno a sus rivales, sometiendo la mano
de obra y las riquezas latinoamericanas.
En fin, a través de las guerras, estas naciones, que
fueron potencias imperialistas, se encuentran a su
tiempo sometidas a las grandes potencias mundiales. Luego de la guerra mundial
de 1914-1918, las grandes potencias mundiales se esforzaron a reducir a un
grado de sujeción política y económica a la antigua Austria-Hungría segmentada, Alemania e Italia, por medio de un juego
complejo de anexiones, de tratados y deudas de guerra y de grandes empréstitos internacionales. Francia misma,
desde una posición de
privilegio entre los aliados, se encuentra cada vez más retrasada al rango de potencia secundaria. La nueva guerra imperialista ha
acelerado este proceso: ha reducido a Italia al rango de vasallo, ha puesto fin
al rol de Francia como potencia de primer plano, eliminado definitivamente a
Inglaterra de la dominación del mercado mundial. Y no solamente el proletariado
y el pequeño campesinado
se encuentran sometidos a la dominación de un pequeño número de
monopolios internacionales, también la mediana y pequeña burguesía se encuentran arruinadas debido al lucro del gran capital extranjero.
—Marcel
Hic