Banderas rojas y fusiles: Alemania en revolución |
Karl
Liebknecht:
LA NUEVA ‘PAZ CIVIL’
¡Unión! ¿Quién podría desearla y luchar más
por ella que nosotros? La unión, que da al proletariado la fuerza para realizar
su misión histórica.
Pero no toda “unión" hace la fuerza. La unión
entre el lobo y el cordero hace del cordero la comida para el lobo. La unión
entre el proletariado y las clases dirigentes sacrifica al proletariado. La
unión con traidores significa la derrota.
Sólo las
fuerzas que empujan en la misma
dirección se hacen más fuertes con la unión. Cuando dos fuerzas tiran una contra
la otra, juntas se mutilan.
Nos esforzamos por combinar fuerzas que tiran en la
misma dirección. Los actuales apóstoles de la unión, como los predicadores de la
unión durante la guerra, se esfuerzan en unir fuerzas contrarias para obstruir
y desviar las fuerzas radicales de la revolución. La política es acción. El actuar
juntos en la lucha presupone la unión de medios y de fines. Quien esté de
acuerdo con nosotros sobre medios y fines es para nosotros un camarada en la
lucha. La unidad en palabras es una ilusión, un autoengaño, o un fraude. La
revolución apenas ha comenzado, y los apóstoles de la unión ya quieren
liquidarla. Ellos quieren dirigir el movimiento por "caminos pacíficos " para salvar la
sociedad capitalista. Ellos quieren hipnotizar al proletariado con la consigna de unión para arrebatarle el poder de
sus manos reestableciendo el estado de clase
y preservando la dominación económica de clase. Nos atacan porque
frustramos sus planes, porque somos realmente serios sobre la liberación de la
clase obrera y la revolución socialista mundial.
¿Podemos unirnos a los que no son nada
más que substitutos del explotador capitalista, disfrazados de socialistas?
¿Podemos, tal vez, unirnos a ellos sin ser cómplices de sus
conspiraciones?
Unirse a ellos
significaría la ruina para el proletariado. Esto significaría renunciar al
socialismo y a la Internacional. No son dignos de un fraternal apretón de manos.
No deberían encontrarse con la unión,
sino con la batalla.
Las masas trabajadoras son el motor principal de la
revolución social. Una clara conciencia de clase, un claro reconocimiento de
sus tareas históricas, una clara voluntad not achieve them, y la eficacia infalible —esos son los atributos sin los
cuales no serán capaces de completar su labor. Hoy más que nunca las tareas son eliminar
la cortina de humo de unidad, exponer las medias tintas y la tibieza, y
desenmascarar a todos los falsos amigos de la clase obrera. La claridad puede
surgir sólo de la crítica despiadada, la unidad sólo de la claridad, y la
fuerza para crear un nuevo mundo socialista sólo de la unión en el espíritu,
objetivos, y proposito.
—Karl Liebknecht, La nueva ‘paz civil’ (1918/XI/18)
(Itzulpena ingelesetik, Workers Vanguard-etik)